El caso es que sentí que me tenía que acercar a verlo y así lo hice. Al acercarme flipé, y es que efectivamente estaba muy vivo y se movía, vaya que se movía. Estaba lleno de gusanitos efervescentes pegados por la cola a algo, a una especie de nexo . Y tenía esta aspecto fantástico.
Claro, al llegar a casa estaba nervio sito por ver las fotos y ver que había salido. También con un programita adecuado, podía acercarme a la imagen hasta que viera bien que era eso. De veras que bajo el agua me había cautivado. Y esta es la imagen que conseguí tras el filtro del ordenador.
Agrandando la imagen, se ven los ojos de un pececillo que por la forma de la boca y el cuerpo, me hace pensar que se puede tratar de una puesta de peces trompeta (muy habituales en estas aguas), con lo que mi asombro y fascinación han sido mayúsculos. Estos peces que ahí no medían mas de medio centímetro se hacen unos bichos de hasta 100 centímetros, que no está nada mal, y tienen esta forma tan característica.
La verdad es que no me puede gustar más el meterme ahí abajo y ser testigo de cosas tan bonitas como esta. Y me encanta poder disfrutar de la tecnología suficiente para poder contarlo con detalles, y así acercar mi mundo a quien quiera.
2 comentarios:
¡ Qué marcianadas! Vaya flipación estar bajo el océano y a la vez en otro planeta. Bravo, Vinagre.
HAY MUCHOS MUNDOS, PERO ESTAN EN ESTE, DIJO EINSTEIN... ¡¡y es verdá!!
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