29/4/08

Pez trompeta.

El otro día buceando vi una cosa que no había visto nunca y que la verdad me llamó la atención sobre manera. Estaría a unos 15 metros de profundidad más o menos (osea que no mucho), y la verdad es que se veía en el azul casi como si brillara. Parecía como un trozo de cuerda, o mejor, como un hilo gordo de algodón, pero tenía algo que le daba vida. Era esto que veis (entre dos sargos).

















El caso es que sentí que me tenía que acercar a verlo y así lo hice. Al acercarme flipé, y es que efectivamente estaba muy vivo y se movía, vaya que se movía. Estaba lleno de gusanitos efervescentes pegados por la cola a algo, a una especie de nexo . Y tenía esta aspecto fantástico.

















Claro, al llegar a casa estaba nervio sito por ver las fotos y ver que había salido. También con un programita adecuado, podía acercarme a la imagen hasta que viera bien que era eso. De veras que bajo el agua me había cautivado. Y esta es la imagen que conseguí tras el filtro del ordenador.

















Agrandando la imagen, se ven los ojos de un pececillo que por la forma de la boca y el cuerpo, me hace pensar que se puede tratar de una puesta de peces trompeta (muy habituales en estas aguas), con lo que mi asombro y fascinación han sido mayúsculos. Estos peces que ahí no medían mas de medio centímetro se hacen unos bichos de hasta 100 centímetros, que no está nada mal, y tienen esta forma tan característica.

















La verdad es que no me puede gustar más el meterme ahí abajo y ser testigo de cosas tan bonitas como esta. Y me encanta poder disfrutar de la tecnología suficiente para poder contarlo con detalles, y así acercar mi mundo a quien quiera.

22/4/08

Esperanza















Hace tiempo tuve ese fondo de pantalla que era una foto que encontré en la red, que me gustaba lo duro de lo que decía contrastada con la cara de alegría de esos niños. No se porque, me da la sensación que debe ser Argentina, pero bueno, eso ya es mi paranoia.
Ayer leí en el libro al que ahora acudo que "el tiempo sólo sirve para destruir la esperanza" (Carreteras heladas, de Juan Manuel Lobo, artemisa ediciones). El caso es que es otra frase que también me gusta.
Pero me llama la atención el que me llame la atención, y me explico. No creo en el futuro, pero no creo en él de verdad. El presente se trunca en el momento menos pensado y se acabó toda proyección en el futuro y en la esperanza, y tal y tal. Si entiendo que la esperanza es un concepto que atañe directamente a una idea de futuro. Con lo cual, pues tampoco debería creer mucho en ella. A demás me suena a una idea cristiana, en la que no solo no creo sino que a demás me repatea, pues siempre la iglesia a vendido un paraíso que está por venir (en el futuro) para que lo paguemos en una vida presente que está aquí y ahora, pero que con el control de sus miedos nos, les, han hecho olvidar, para que piensen en el más allá. Y es ahí donde me gusta lo de "os vamos a meter la esperanza por el culo", pero pintado en la puerta de una iglesia / parroquia/ catedral, y faltandoles el respeto tanto como ell@s lo llevan faltando a la ignorancia de la gente durante tantísimos siglos.
En fin, que iba a hablar de la esperanza y termino con la iglesia (tal vez con la esperanza de verles desaparecer, jeje, que paradoja).

13/4/08

Esperpento















Cuando era pequeño si había algo que me gustara era andar con bichos. Esto es, desde matarlos a pedradas (sobretodo lagartijas) , arrancarles las alas, quemarlos con lupas, levantar piedras, criar caracoles, dar de comer a los gatos ( a escondidas de los viejos pues eso no estaba bien visto), ora escolopendras ora grillos, arañas y todo lo que estuviera a mi alcance.
Creo que en ese tiempo experimenté con ellos lo que era el dolor, y aprendí algo importante, la capacidad de quitar la vida. Si hiciera recuento, sería genocida.
Pero también reconozco que en esa época si algo sentía era profunda necesidad por estar en contacto con los bichos. En los viajes siempre miraba si había buitres, milanos, aguiluchos, cigüeñas, perdices, liebres y conejos. Y cuando veía algo, me flipaba, pero de verdad. Ni que decir tiene el como recuerdo el viaje a Doñana que hice en 6º de EGB en el que tuvimos la inmensísima suerte de ver un lince!!!, si un lince!!! en libertad, y un meloncillo a demás de jabalíes, ciervos, gamos etc.
Creo que a lo largo de mi vida, el tema de ver bichos ha sido una de mis pasiones. Claro, en cuanto tuve pasta pues me lancé al buceo. Si en tierra al ver un conejo o una oropéndola lo flipo, debajo del mar, la cosa es bestial, pues no paras de ver bichos y más bichos. Pejeverdes, viejas, pejepeines, barracudas, salmas, sarpas, salmonetes, bogas, sepias, pulpos morenas, e incluso hoy hemos visto un caballito de mar. Impresionante.
Bueno y después de todo esto, llega el esperpento, y lo hace en forma de humano submarinista. Si si, gente que no entiende lo que es el respeto al medio al que visita, un medio ajeno totalmente a su persona. Me he indignado, bueno, nos hemos indignado al ver a cuatro submarinistas buceando con bolsas del mercadona llenas de vete tu a saber que, dando de comer a unas tortugas. Me parece fatal alimentar animales, los hacemos dependientes, se acostumbran rápido a que nosotr@s les damos zampe de manera que pierden instinto, que en su medio es básico para mantenerse vivos.
Cuando eres pequeñ@ es normal que se hagan estas cosas pues la curiosidad no rivaliza con la racionalidad (casi no ha empezado a desarrollarse), pero cuando somos adult@s, la cosas se equilibra, y sabemos limitar nuestros actos. Esos tíos, hoy bucean y se van a sus casas con unas fotos que a demás les llena de orgullo y satisfacción (como al otro cada 24 de diciembre).
Nos hemos quedado helados ante la escena. El problema es pensar que se repite con demasiada frecuencia, bien con las tortugas bien con los chuchos (especie de raya), bien con lo que sea.
El respeto parece que es algo difícil de entender.

11/4/08

Amanece

Siempre me ha gustado mucho ver amanecer (pero no esas amanecidas que se ven cuando no te has acostado aun). Soy un ser muy diurno, y madrugar me gusta, y si a demás hay una buena escusa como una amanecida bonita (o una buena compañía) pues mejor que mejor.

El amanecer tiene un algo que para mi lo hace muy especial, es el empezar un nuevo día, lo que está por venir, el que pasará. Creo que lo que me gusta es eso, la esperanza. No de algo mejor, sino de otro día más. Algo así como lo que siento al cambiar de año, o al cumplirlos yo. Es el saber que la vida pasa y yo estoy aquí para verlo.
Eso me encanta. Es curioso pero no me gusta celebrarlo (ni el cumple ni la noche vieja o año nuevo), me gusta mucho el saber que pasa y con eso me sobra.



Siempre que puedo me asomo a mirar, y pocas veces me decepciona. Es verdad que me gustan más los amaneceres en el mar (me siento más ligado a este), pero en la ciudad, en el campo o en el pueblo he visto amaneceres preciosos.
Los atardeceres también están bien, pero no son iguales, marcan el final del día y eso me da más pena a demás se oscurece todo y eso ya no me gusta. A mi me va la luz, cuanto más natural y más luminosa (valga la redundancia) mejor.
Y creo que ese es otro punto que me fascina de los amaneceres, el aumento progresivo de luz, que sería algo así como el ir desnudando lo tapado, el descubrir lo oculto (de niño uno de los regalos que más ilusión me hizo fue una linterna que me regalo mi abuelo(a mí me dió una azul y a mi hermana una roja) con la que pude dar luz a la oscuridad, especialmente dentro de la cama). Primero las cosas cogen forma, y se van definiendo para después recuperar su color , y así van siendo y se va configurando la escena (delicioso).

Una sensación que me encanta a este respecto es la de llegar a un sitio que no conozco (y eso si que me gusta!!!!!) por la noche, y esperar con ansia a la amanecida para ver el lugar, y así contrastar lo imaginado con lo real visto. Me encanta.



Por cierto, con el cambio de hora se me ha ido el primer rayito de sol, ese que se ve al lado. Antes el sol salía mucho más a la derecha y desde hace unos días ya lo hace detrás de los edificios, así que le toca a otr@s disfrutar de las imágenes tan bonitas que ese momento permite capturar/disfrutar.

En fin, que a demás es pararnos a disfrutar, y que disfrutar cuantos de más momentos del día pues mejor que mejor, que la vida es una y se termina así que no nos queda sino darlo (dárnoslo) todo a diario.









5/4/08

Teide















Ayer y hoy han sido grandes días (la verdad es que creo que casi todos los días son grandes, ya que son). Cuando salí del cole me iba con la euforia de un chiquillo que va a recibir algo grande y en mi caso es que me iba al Teide. Fermin y yo a eso de las 5.30 ya caminábamos por unos parajes impresionantes.















La subida es dura (muy dura), aunque la primera hora y media transcurre por una pista muy sencilla pero preciosa. De verdad que todo era increíble. Eso si cuando coges el camino que sube al refugio, ya todo es otra cosa, no se, pero creo que salvas casi 2000 metros de desnivel en una ascensión durísima.
Del lugar, llamaban mucho la atención los contrastes de color, los rojos, naranjas, marrones, con el azul del cielo, es algo indescriptible, lo mismo que lo árido del terreno, sin a penas vegetación, solo unas retamas y unos alhelís del Teide, fue todo lo que vimos (en otras partes hay mucha más vegetación).




















Un momentazo de la subida fue cuando el sol se iba y sobre nosotros empezó a caer el Teide (en forma de sombra).
















El caso es que llegamos al refugio a eso de las 8.30 en mi caso extasiado, al borde de la lipotimia y no es coña (tras una semana que he estado malo, las fuerzas no me acompañaban del todo), nada que no pudieran arreglar las compañías de las gentes que allí se hallaban en ese momento (lo mejor de los refugios es el ambiente de camaradería que se da entre gente que no se conoce de nada pero comparte un esfuerzo grande por estar ahí), un chorizo (de Ortigosa de Cameros), de quitar el hipo, queso, y el vino, elemento más que fundamental, que debe ir tan ligado a la montaña como el huevo a la tortilla (tortilla de papas que también nos cenamos).
A las 10.45 dormiditos cual nen@s buen@s, y a las 5.30 arriba. Yo la verdad es que no he podido tener mejor despertar, pues lo primero que hice fue salir a ver el cielo, y ante mis ojos saltó una estrella fugaz que en esa oscuridad dejó una estela maravillosa. Así que con ese ánimo, un ratito después partíamos a la cima. Noche y más noche, viento y más viento, frió y más frió (-20ºC, y 100 Km/h de viento a las 6 de la mañana). A eso de las 7.40 hacíamos cumbre Fermin, Lupe, Nestor y yo ( a Lupe y a Nestor los conocimos en el refugio), y con el mismo asombro que frío, vimos la salida del sol a 3718 metros de altura. Un flipe.

Chunguito




















Pues ahí está el gran campeón en cuestión. Aguacate en boca. ¿Para qué más?

2/4/08

Chungo.

La verdad es que desde hace varios días que tengo ganas de escribir, pero no encuentro una foto que acompañe el texto, así que me veo en la "obligación" de lanzarme tal cual. Parece una chorrada, pero me siento más desnudo, es como si la foto me tapara un poco.
El caso es que el sábado pasado se murió mi (su, nuestro, vuestro), perro Chungo (Chunguito). Parece mentira, y hasta hubo quien me dijo que creía que era inmortal. Este comentario tiene un porqué sencillo. Chungo fue un perro superviviente, si, me remonto prácticamente al primer recuerdo que tengo de él. Era cachorro y yo enseñándole lo que eran las escaleras del portal de casa, se me coló por el hueco, metí la mano y lo saqué por una pata y de milagro. Ni que decir tiene como hubiera sido el hostión. El caso es que yo creo que ahí, en ese momento el sintió un subidón de adrenalina que creo que busco a lo largo de su vida. No me voy a extender mucho pero hago un breve repaso. Dos atropellos (que podrían haber sido más), un despeñe por un barranco (Jaizkibel abajo. Elenita, que momento!!!), una picadura de víbora, no se cuantas envestidas caninas (de ahí que le llamáramos en casa "flautín"por los agujeros que tenía en el cuello de sus peleas unilaterales con Hiru), y humanas (se folló a la perrita del Mandril y no le hizo mucha gracia, jeje), etc. Creo que no está nada mal para ese perrito.
El caso es que fue un perro que vivió bien, rodeado de más perr@s y que murió mejor aquí en Tenerife en la finca de aguacates (de los cuales se hinchaba literalmente hablando), con tres perras como compañeras. No dio señales de enfermar, lo único que hizo fue meterse en un agujero y sin molestar ahí se quedó.
Para mi fue el mejor (que voy a decir, ah si, que la mejor es Latxa). Pasota, macarra (un día me meo en el hombro en el parque como quien no quiere la cosa),desafiante, robabocadillos, salao, cariñoso, juguetón. Era mi perrito (nuestro perrito, suyo mismo de si mismo). Grandísimo. El perro de los eternos 8 años (murió con casi 12).
La verdad es que me deja un montón de buenos recuerdos, y al final eso es lo que cuenta.
Chunguito, Chunguito.