24/3/08

Mochila- paranoia- miedo.


El otro día en el metro de Madrid ocurrió una
cosa que me dió un poco el pulso de Madrid ante un hecho "curioso".

Era por la mañana a eso de las 10:30, en la linea 6. Se sube gente a la par que se baja, y en una estación se baja la mayoría de la gente. Resulta que un chico (me fijé en el), se deja la mochila (la de la imagen). Se iba durmiendo, venía con un peto de curro, y se bajó sin su mochila. Al salir de la estación, los presentes en el vagón (unas 6 personas), al darnos cuenta de la mochila empezamos a flipar, si, como a ponernos nervios@s con caras muy muy de circunstancias, hasta que alguien no pudo más y lo dijo. "Oye, se han dejado una mochila, a mi no me hace gracia". Claro, el comentario causó furor. La señora iba leyendo un libro de Curri Valenzuela (¿Cuqui?), y en la contraportada salía la foto de Zapatero, Almodovar y Otegui, y hablaba de "políticos, artistas, contertulios y otros elementos que están acabando con España", vamos, que me dio la talla de a quien tenía en frente. A su derecha tenía un tipo lleno de matasellos de oro en las manos y cadenas al cuello del mismo metal. Corte macarra con cara de malo, que cuando se puso nervioso no pudo sino terminar de ponerse las gafas de sol (las que tenia en la cabeza), y decir con cara de acojonado "joder, que miedo", y el resto, nos mirábamos, otra decía que había que avisar a la policía (fue la que salió corriendo a decírselo al conductor). Y otro chico que comentaba la posibilidad de que aunque tuviera pasta nadie se acercaría a por ella. La del librito recordó con énfasis de detective que la mochila de Vallecas también era azul y con asas. Ya en Moncloa nos salimos tod@s, y juro que vi a alguno que corría. Yo me paré a hacer un par de fotos, tal vez por morbo, o pensando en comentar la anécdota con documentación del hecho.

Y todo esto para qué?, pues para certificar que la memoria vive, que somos sujetos altamente vulnerables, y que una paranoia se apodera de nosotr@s a la primera de cambio. Tampoco creo que sea para menos, pues la sensación fue de lo más extraña.

Lo peor es que los que deberían de sentir este miedo/paranoia, no van en transporte público lleno de currelas.

2 comentarios:

Negativo 13 CRew dijo...

Jodeeeer Vionagrón, qué mal trago, no?? Un libro de Curri Valenzuela. Yo también hubiese corrido, nene.

Juanma.

Coral Herrera Gómez dijo...

es la puta sociedad del miedo en la que estamos inmersos... como me alegro de no vivir en madrid con miedo y de no ver apenas la tele contando sucesos para que la gente se quede en casa tranquilita sin moverse.

que bien describes la tensión y las reflexiones en torno al miedo de la mochila, gon!!!

besos rurales!!