7/6/08

Alto de Guajara
















Cuenta la leyenda, que la princesa Guajara (hija del mencey Beneharo II de Anaga), al perder a su amado Tinguaro (hermano del mencey Bencomo) en la Batalla de Aguere a manos de un castellano, se hizo al monte, y tras deambular por largo tiempo, se arrojó al vacío desde una montaña. Esta montaña es la que hoy recibe el nombre de Alto de Guajara.

Ayer viernes fue otro de esos grandes días en los que tomamos la siempre acertada decisión de subir al Parque Nacional del Teide a dormir. En esta ocasión al lugar antes citado (a 2715 metros) y en vez de en un refugio, pues al raso, poniendo por techo lo más bonito que hay, el propio cielo, que por cierto estaba espectacular. Yo partí en malas condiciones, pues uno es un borrachín al que le gusta la fiesta diurna con amig@s y ayer en el cole se celebraba el día de Canarias (con una semana de retraso), y claro que si comidita y cervecitas, una detrás de otra, no encontré el límite (me lo impusieron, jeje), y eso que tenía expedición por delante que si no.....

A las seis de la tarde fue la hora de quedada, y a las seis y media subíamos la montaña. El paisaje es precioso, los Tajinastes a tope, ni una nube, calorcito y buena compañía, que más se podía pedir?

















Tardamos unas tres horas en llegar a la cima, tres largas horas en las que yo y mi hígado lo pasamos así asá, pero mereció la pena. Una vez más pudimos disfrutar de la fantástica sombra del Teide (todopoderoso y omnipresente), buscando chocar contra Gran Canaria que se veía bien al fondo.
















Ya desde la cima vimos como el sol se ponía tras La Palma, que estaba preciosa. También se veían La Gomera y a lo lejos y cuando se hizo de noche, se veían las luces de la isla de El Hierro. Sensacional e indescriptible momento mágico por una y millones de veces el ver desaparecer el sol por el horizonte.
















Una vez puesto el sol, manos a la cena que en estas circunstancias siempre sabe de coña. Un tipo que también durmió allí ayer nos dijo que el recuerda como la mejor cena de su vida, una sopa magi en lo alto de una montaña con un frío de espanto. Y es que es verdad, aprendes a valorar las cosas de otra manera, no ya por lo que son, sino por cómo son. No cenamos magi, sino menú preparado por Zigor en la escuela de hostelería, así que del diez. A las once en el saco a mal dormir, disfrutando de un cielo que la palabra privilegiado no es capaz de llegar a definir.
No se si eran las seis y media y ya estábamos fuera del saco buscando ese momento místico de la salida del sol. Es magia pura, y pasa a diario!!!!!.
















Una vez había subido el sol, tocó la recogida. La bajada ha sido durilla pues la hemos hecho a piñón por la ladera de la montaña. Pero claro, la satisfacción que invade por la cantidad de buenas sensaciones recibidas, lo llena todo. Atrás queda el esfuerzo, la amistad, la comida, el cielo (qué estrellas....), la flora, los contrastes de luz, el inmenso Teide, el mar de nubes, la idea de hacer otra subida, etc, etc, etc.

Grandes Zigoto, Fermín y Raúl .

2 comentarios:

El Moru dijo...

Ke envidia, con esoso paisajes. Y el cambio de magi por menu Zigor, no te digo nada nuevo, eres un perro. Nosotros ayer de barbacoa y plantacion con familia Alexis y familia Lander, tambien nos sabemos cuidar. Un fuerte abrazo.

Glo dijo...

que fotos más espectaculares. La 1ª vez que fuimos Koral tenía 8 meses¡¡¡¡¡